¿De verdad
crees que todavía ha gente
que piensa que eso ya no importa?
Nunca se te
dio bien hacer de víctima
aunque tanto te gustara.
Los
corredores de apuestas
jamás sabían a que atenerse contigo,
de la misma forma que nosotros no sabíamos
si jugar a tu favor o en tu contra.
Quizá lo
peor fue cuando cambió el viento
y te exigían que cumplieses todas esas promesas,
de las que ya no te acordabas.
Puede que fuera en ese momento
cuando lo echaste todo a perder,
pero no era asunto mío.
Recuerdo que
hace unos años
los chicos temblaban al verte pasar,
al igual que las destrozadas papeleras del día anterior.
Entonces estabas lleno de vida...
Y todavía no sé que fue de ella,
si la perdiste en el camino de vuelta a casa
o si te la robamos...